Y aunque temblaba tu mano, 
Y las aguas golpeaban tu ser, 
vos pintaste.

​

Y pintaste palabras, Y pintaste acciones y pintaste emociones. 

​

Huracanes sacudían el pincel, 
Truenos cegaban tus ojos, 
pero vos pintaste.

​

 Pues finalmente habías comprendido que los labios de la sabiduría estaban

sellados para todos menos para los oídos del entendimiento. 

​

Y tus oídos entendieron; 
Que si dentro, en los recónditos rincones de la inconsciencia, una tormenta arrasa:

fuera, a los ojos de la presencia, una tormenta arrasa. 

​

Y tus oídos entendieron; 
Que para calmar la tormenta externa, 
por dentro el sol debe brillar.

​

 Y entonces, con acciones, con palabras, pensamientos y emociones, pintaste 
Y la luz de tu mente fue pintura.
Y las olas hundirían barcos, pero vos pintaste luz.
Vos pintaste sol.
Vos pintaste amor.

​

 Y hasta que un día, el mar parecio calmar. 
Y hasta que un día, los vientos parecieron calmar. 

Y hasta que un día, Viste para adentro una vez mas,
Y en todo lo que pintaste,

​

 Transmutaste.